Este año ha sido espléndido para el festejo del día de los santos y difuntos en Alcaracejos. Atrás quedó la imagen del cementerio triste, húmedo y pobre. Han sido dos días soleados pero templados, un cementerio reformado, limpio y ordenado; y los vecinos como es tradición, volcados con limpieza, cal y flores, que por cierto este año arrasaron las naturales, tal vez adelantándose a las de plástico "para todo el año".
Pero es de la tradición perdida de la noche de santos para la de difuntos de lo que vamos a hablar.
Me cuentan, porque yo ya no tenía recuerdo de ello, que hasta finales de los años sesentas, en Alcaracejos, había la tradición de doblar las campanas por los difuntos, desde que terminaba la misa de la tarde noche del día 1 de noviembre, hasta la misa de difuntos del día dos. Las campanas doblaban sin parar toda la noche inclusive entre llamadas a la misa, hasta que comenzaba ésta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario