El día de hoy en el club de lectura se ha comentado el libro de Primo Levi "Si esto es un hombre".
En 17 capítulos y un apéndice, Primo Levi nos narra su experiencia en el campo de concentración de Auschwitz. El libro no es una simple biografía, Levi lo escribe con dos únicos objetivos: dar a conocer el horror de los campos de exterminio alemanes y advertirnos de que eso puede volver a suceder siempre que se den unas determinadas circunstancias que no están reñidas con el grado de cultura y de desarrollo de un país, ajenas a toda lógica y razón, pero directamente relacionadas con la ambición del colonialismo y el imperialismo. Desde que el hombre es hombre, ha hecho guerras para la apropiación y expansión territorial demostradas mediante la geopolítica en mapas con fronteras de gran movilidad.
Hitler utiliza el concepto de superioridad racial para reivindicar el liderazgo del Tercer Reiche en el mundo. La maquinaria la echa andar desde que subió al poder en 1933 con su partido Nacionalsocialismo Obrero Alemán. En este mismo año construye el primer campo de concentración "Dachau" y promulga la Ley de Nuremberg 1935; ambas medidas preparan el camino para limpiar la raza aria que debe de mantenerse pura. Los judíos, como ningún otro grupo social perseguido (homosexuales, gitanos y otros deshumanizados), se convierten en los enemigos responsables de todos los males de Alemania incluido el fracaso de la primera guerra mundial a la vez que los mismos prejuicios religiosos que se venían utilizando desde el medievo, aunque las verdaderas causas fueran otras.
Primo Levi nos habla de los campos de concentración como lugares pensados para reducir al ser humano judío a la nada, a la bestialidad. Muchos fueron asfixiados, fusilados o colgados pero a otros los mataba el mismo Lager con condiciones por debajo de la sobrevivencia. Los Haftling, son desposeídos de la categoría de humanos. Sin pelo ni nombre, solo la suerte los colocaba del lado de "los hundidos o de los salvados", y si estaban entre la suerte, una leve conciencia de sí, o el objetivo de vivir para contarlo podría mantenerlos hasta el fin de la guerra, previsible en los comentarios fortuitos en el campo de trabajo o en el Ka-be a finales de 1944.
Primo Levi nos narra como el pensar o el preguntar son renuncias obligadas si aún vives a los tres meses del internamiento, sin embargo con un poco de pan o de rancho extra, fruto de la suerte, pericia o utilidad propias del Lager, el cerebro podía sorprender como a él lo sorprendió, devolviendole suficiente información de su saber para el examen de química. El final de la guerra le pilla enfermo en el Ka-be. Las muertes por el abandono del campo, la enfermedad y la desorientación como consecuencia de la desinformación, son los últimos estertores de esa " vida ambigua", y él se pregunta si la dinámica brutal de la sobrevivencia puede juzgar al sobreviviente de bueno o malo.
El libro fue publicado por primera vez en 1947 sin pena ni gloria, reeditado en 1958. En 1976 aumenta un anexo de preguntas y respuestas basados en el interés de los lectores. Hoy día es un libro de referencia y obligada lectura por su excepcional conocimiento del ser humano y de los hechos que no debemos olvidar. Desde nuestra biblioteca os recomendamos, sobre este mismo tema, "El hombre en busca del sentido" de Viktor E. Frankl.
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